martes, 19 de octubre de 2010

LECTURA DE LA SEMANA: POSTEAR AL LUNES 1º DE NOVIEMBRE

Lea:

- El escuchar.

.- El poder de las conversaciones

(Disponibles en Infoalumno)

Postea tu comentario en el blog, considerando las siguientes preguntas:

1 -¿Qué posibilidades de acción y/o aprendizaje se me abren a partir de lo leído?
2- ¿Qué puntos de vista personales han sido confirmados y cuáles han sido puestos en cuestión?
3-¿Qué preguntas o reflexiones me ha suscitado la lectura?

Plazo para el posteo:

Lunes 1º de noviembre.

49 comentarios:

Mauricio Morales dijo...

El Escuchar:
Me resulta interesante la situación del escuchar como una actividad activa, tal como aviamos conversado anteriormente en clases, esto es, por cierto, evidente.
El hecho de que la interpretación del escuchar, las conceptualizaciones e ideas de lo emitido al hablar, toman forma solamente en el que escucha, basado absolutamente en sí mismo, por lo que cada persona escucha diferente. Por lo que no es muy novedoso el contenido del texto, así es que la posibilidad de acción es más que nada, profundizar más en el tema.
En general, los planteamientos expuestos en la lectura son concordantes con lo que nosotros ya teníamos interiorizado, por lo que, simplemente, se confirman las mismas ideas conocidas, en particular, el hecho de que no somos más que lo que expresamos, tal como filosofa Nietzsche “pienso, luego existo”.
Al igual que en las anteriores lecturas, me gustaría conocer alguna aplicación más técnica de esta teorización, no me refiero solamente a saber esto y aplicarlo en el diario vivir y en el trabajo, sino que más bien, si existen métodos o algo similar que aproveche estas ideas para efectos organizativos.


El poder de las conversaciones:
Mas hacia el final de este texto es donde surge mi mayor interés, aunque no nace nada nuevo que pueda sorprender, la posibilidad de aprendizaje sigue siendo todo lo que no aparece en los textos, en este caso, la conversación al interior de una organización.
Creo que hay mucho más que aprender de esto, que es lo que me interesa para efectos de la carrera, creo que puede llegar a ser muy provechoso el aplicar el conocimiento de la conversación en el área administrativa, construyendo a conciencia la conversación.
Existen planteamientos similares a los del texto anterior, básicamente son los mismos, por lo que siguen en concordancia con los puntos de vista ya tomados por mi y creo que por mis compañeros también.
Aun así, creo que siempre es posible desligarse de toda esta teoría tan descriptiva y menos aplicada (según mi apreciación), siempre existen personas que no responden basados en sus propias historias, siempre existen personas que responden concienzudamente en conocimientos más profundos, sabiendo que responder, independiente de su forma de ser, ¿cómo aplicar estas ideas en presencia de personas que no sean tan comunes o predecibles?

Czar dijo...

El escuchar. Parte esencial de las conversaciones es una característica difícil de encontrar en las personas puesto que existe una gran cantidad que solo se interesa por hablar, dejando a su interlocutor expresarse sin prestarle la atención necesaria. Sin embargo, existe solo un tópico al cual se le presta una atención que destaca: cuando se habla de nosotros mismos. Es increíble la atención que se manifiesta al momento de dar una opinión de nuestro (s) interlocutor (es), lo que habla en cierto modo del egoísmo existente al momento de construir nuestras conversaciones. Es indispensable que incrementemos la calidad en la construcción de las conversaciones, sin presencia de egoísmo, concentrando nuestra atención única y exclusivamente en lo que se nos esta comunicando, ya sea conversaciones de juicios personales, conversaciones para la coordinación de acciones, conversaciones para posibles acciones o para posibles conversaciones.

Es de perogrullo que nuestras conversaciones configuran en gran medida las relaciones que se establecen con otros, por ello su importancia y el hincapié en lo que respecta al área en la cual nos desempeñaremos en un futuro bastante próximo. La clave de todo buen directivo mas allá de ser bueno técnicamente, y que es precisamente para lo que nuestra Universidad nos prepara, es saber administrar personas, por ello, la efectividad que seamos capaces de dotar a nuestras conversaciones nos predice en cierto modo el resultado de nuestra gestión, si queremos entrar en el contexto laboral, por supuesto.

Al respecto, me pregunto hasta que punto aquellos que no poseen tal habilidad pueden “aprenderla”, o es que quizas sencillamente no se lograra dar con el resultado deseado por mas que se intente llegar a falsear un carisma inexistente?.

Isabel Rodriguez dijo...

Al comenzar a leer los textos fue inevitable que recordara la clase en que nos reunimos en grupo y comenzamos a entablar conversaciones acerca de nuestra vida y proyecciones y como cada uno se ponía en ambos lados de la comunicación, ya sea hablando o escuchando. Ya en ese momento comencé a generar una visión distinta de las de mis compañeros cuando comenzaron a hablar. Para la gran mayoría el escuchar no era una parte importante de la comunicación, pero para mí en diferentes circunstancias había tenido que desarrollarlo y creo que es algo que he sabido valorar lo suficiente como para entender el rol protagónico que tiene el escuchar en la comunicación. Sin embargo en el texto acerca del poder de las conversaciones creo que los distintos tipos de conversaciones que se pueden sostener y el poder que éstas tienen en la gestión, me permitió entender que es necesario cultivarlas desde ya, si podemos generar buenas conversaciones que nos permitan superar los diferentes quiebres, entonces estaremos capacitados para generar nuevas relaciones o simplemente para mejorar las que ya tenemos.

El acto de comunicación no es tan simple como lo vemos generalmente, el hecho de situarnos en ambos lados de ella con lo que hemos aprendido a lo largo del curso creo que nos permite entender el poder que ésta tiene en la gestión. El saber comunicar lo que realmente queremos comunicar, por medio de las afirmaciones, declaraciones, promesas, etc. nos permite poder lograr lo que queremos y también relacionarnos con los demás. El escuchar por el otro lado, y que para muchos es difícil de cultivar, es esencial en el sentido que si no escuchamos difícilmente podremos tener una buena comunicación.

Como conclusión general me quedan dos interrogantes que hacerme, una es si dentro de nuestro dominio y al leer ambos textos, ¿somos buenos comunicadores, en el sentido de que entablamos las conversaciones que queremos y también somos capaces de escuchar? Y la segunda es: Aceptando nuestras falencias y virtudes, ¿podemos desde ahora cambiar aquellos actos en la comunicación que están fallando y que nos permitan mejorarla?

Alvaro G dijo...

Vemos que en la comunicación existen factores predominantes, que son: el escuchar y el hablar. A muchos nos gusta hablar, pero a pocos escuchar. Este hecho viene de la creencia que hablar es una parte activa y el escuchar, pasiva. Creo que si queremos que nos escuchen cuando hablamos, debemos aprender a escuchar a los demás. Cuando vamos a campamentos en el verano, y llega el momento de las fogatas, generalmente se da un tema en común, y comienzan a hablar los integrantes del grupo. En unas de esas actividades pueden transcurrir horas y horas, y nadie se aburre, y lo único que hacemos es escuchar a los integrantes. En esos momentos salen a la luz historias asombrosas, vivencias únicas, maneras de ver la vida particulares, vivencias divertidas, risas, etc. En esos momentos aprendemos de los demás, más que en el cualquier otra actividad con el grupo. ¿Existen esas actividades en las empresas? ¿Los directivos conocen a su gente? ¿Existen instancias de escuchar en la empresa?
Los paradigmas que tenemos influyen en como escuchamos al emisor. Hay veces que escuchamos a alguien por 3 minutos, y ya nos hacemos un paradigma de dónde va la conversación, y dejamos de ponerle atención. Estos paradigmas afectan a la comunicación, y no deja que existe un feedback en ella, ya que simplemente “Sé lo que piensa el emisor y no le prestó atención”.
Sabemos que de la abundancia del corazón habla la boca. Nosotros hablaremos de lo que tenemos en nosotros mismos, de lo que consumimos en la web, de lo que vemos en televisión, escuchamos en la radio, leemos en el periódico. Pero lo que tendremos a en la “punta de la lengua”, será lo que está más abundante en nosotros. El tema es que hablamos también de lo que escuchamos. Si escuchamos todo el día shows de la radio, hablaremos todo el día de eso. Es decir, el escuchar moldea nuestro hablar. Entonces si queremos hablar de determinada forma, con determinados temas, tenemos que tener una concordancia con lo que escuchamos de ese tema. Cabe hacerse la pregunta ¿Qué quiero transmitir? Y de ahí ver ¿Qué quiero escuchar?
Me gustaría recalcar el tema de una conversación interna. Muchas veces creemos que podemos motivas a otras personas, entrenar a los demás, apoyar a los demás, pero muchas veces ni siquiera podemos hacer eso con nosotros mismos. Todos somos entrenadores de nosotros, nuestro punto de partida debe ser el entrenamiento de nuestra vida, el “auto-exhortase”, si no hacemos eso, no pretendamos subir de nivel.
“Esto también pasara”, es una frase que me gusta mucho, y que se aplica al dominio de la temporalidad. La historia cuenta que un rey mando a las personas más entendidas de su reino a entregarle una frase que le sirviera para toda ocasión de su vida. Esta frase fue hecha y entregada en un anillo al rey, y fue entregada para que la abriera en los momentos más críticos de su vida. Hasta que llego el momento de una guerra, donde se encontraba solo, huyendo del lugar, y en unos arbustos, escondido, abrió el pequeño pergamino que decía “Esto también pasara”. Eso le dio valor para seguir, y encontrarse con su ejército y dar pelea. Gano la batalla y unos años más tarde se encontraba siendo elogiado por el pueblo, se sentía grande y poderoso, y los sabios le dijeron: Rey el mensaje de su anillo también fue hecho para estos momentos. Esto también pasara, no hay que ahogarse en un vaso de agua, y mirar con altura de mira.

Nicole Pareja Torres dijo...

Refiriéndome al texto El escuchar: Tiempo atrás (año 1998-2000) tuve la oportunidad de pertenecer a un programa escolar llamado “Mediación escolar” este básicamente se trataba en que debíamos <> entre dos o más niños que hayan tenido un conflicto, permitir que una vez que observábamos una pelea ir a separarlos llevarlos a una sala en donde se les daba la posibilidad de dialogar acerca de lo sucedido y tratar de escuchar cada una de las partes de manera de darle una solución al conflicto. Menciono esto, porque ahí me di cuenta que casi el 100% de los casos que me tocaba tomar se habían provocado porque más de una de las personas involucradas no había “escuchado bien lo que el otro le quiso decir”, esto los llevaba a tener graves conflictos e incluso en algunos casos la suspensión de clases. Esta experiencia en lo personal considero que ha sido una de las mas enriquecedoras que me ha tocado vivir, puesto que no sólo se nos hablaban a cerca de estos temas, sino que también se nos daba la posibilidad de ponerlos en práctica y desarrollar esta habilidad permite tener comunicaciones efectivas y como dice el texto construir futuro. La posibilidad de acción está siempre presente, ya sea para reflexionar más acerca del tema o bién para encontrar la forma o manera de poner en práctica estas herramientas para que realmente se conviertan en acción. Dentro de los puntos que han sido confirmados claramente puedo decir que la importancia del escuchar, esa frase “el escuchar valida el hablar” porque para que se produzca una acción no sólo basta con hacer buen uso de la palabra, sino que también debe existir un receptor “dispuesto” a captar el mensaje y ejecutarlo, de lo contrario sería estarle diciendo palabras al viento… Por otro lado la reflexión que me surge es que yo pienso que el escuchar también está asociado a como yo veo a la otra persona que me está transmitiendo el mensaje, me explico, existen veces en las que se nos acerca una persona, la cual nosotros sabemos que es un “chanta” o “una persona poco seria o confiable” por lo que nos predisponemos a no escucharlo sin querer o a “pescar” simplemente lo que nos quiere decir… entonces mi pregunta podría resumirse como ¿Para que alguien escuche lo que quiero decir, solo depende de la habilidad que tenga él(ella) o también de la imagen que proyecto yo?.
Respecto a la segunda lectura, creo que contribuye una posibilidad de acción para los proyectos que estamos o pretendemos realizar, dado que la coordinación se da principalmente por las conversaciones que debemos realizar, ya sea dentro del mismo grupo o bien con las personas que prestaran ayuda para la ejecución de nuestro proyecto. Cuando expuso mi compañero, dentro de los riesgos que corremos en nuestro proyecto, se mencionó que se encuentra la posibilidad de no contar con los expositores para nuestra charla, esto implica que uno de los principales desafíos es tener conversaciones efectivas para lograr coordinar y comprometer (por sobre todo) a cada una de las personas que realizará su aporte en nuestro proyecto. Dentro de las preguntas que me surgieron es que en nuestro grupo no hemos tenido (creo yo) muchas conversaciones a cerca del proyecto, si bien sabemos que tenemos que hacerlo aun estamos débiles en ese sentido y por esto creo que deberíamos hacernos la pregunta ¿De las pocas conversiones que hemos tenido para realización de nuestro proyecto, cuántas han sido realmente aprovechadas? …

Hector Nova dijo...

La mayoría de las cosas que se mencionan en estos dos textos son de alguna manera obvias a medidas que las vamos leyendo, el escuchar e interesarse por la otra persona es tan importante como el hablar y las conversaciones con ellas guían las relaciones que vamos a construir con las demás personas. Pero por tan obvio y por tan lógicas que nos parezcan los textos llevamos muy poco a la acción, rara vez escuchamos a las personas de verdad cuando nos hablan, muy poco tomamos en cuenta los sentimientos de las personas en consideración cuando emitimos nuestro juicios y generalmente nos mantenemos distantes y no participamos activamente de las conversaciones que mantenemos con las demás personas, hay una visible carencia de empatía con el prójimo y no solamente entre nosotros como curso sino que también dentro de todo el ámbito de la sociedad y empresas. Es necesario que cambiemos nuestra mentalidad y volvamos a ser seres humanos, hemos perdido lo que nos hace humanos por naturaleza que es el poder de la comunicación el escuchar, el lenguaje y el de relacionarnos con los demás de una manera empática.

Yo creo que esa es nuestra tarea de aquí en adelante, como decía el texto los grandes y exitosos empresarios, políticos, artistas, inventores, vendedores, etc. son personas capaces de prestar atención a las personas, detectar cuáles son sus necesidades mucho antes de que ellos mismo se den cuenta de que necesitan de algo, son capaces de comprometer y motivar a las personas en un grupo de trabajo para alcanzar un objetivo determinado y creo que como futuros gestores ese es nuestro desafío ser capaces de lograr ese entendimiento con los demás en pos tanto del desarrollo en nuestro lugar de trabajo como en el desarrollo personal.

Natalia dijo...

Primero que todo, debo señalar que esta vez ambos textos me parecieron bastante interesantes y creo que los dos me hicieron pensar en la forma de actuar al relacionarse con otros, en la capacidad efectiva que se tiene de escuchar, en la capacidad de desarrollar conversaciones para la coordinación de acciones, etc. Considero que las principales posibilidades de aprendizaje y de acción que se me abren a partir de los textos tienen que ver con los dos puntos mencionados anteriormente; a partir de uno de los textos, se me produjo la inquietud de aprender a mantener la apertura como postura fundamental del escuchar, es decir, aprender a mantener el respeto mutuo en las conversaciones y, como lo ejercitamos en un ejercicio en clases, aprender a neutralizar los pensamientos propios, de manera que seamos capaces de escuchar realmente lo que el otro nos está queriendo decir, sin caer en la comparación de esto con nuestras experiencias y puntos de vistas personales. El segundo texto por su parte, me abrió la posibilidad de aprender a tomar acción sobre los quiebres. Creo que en muchas ocasiones se cae en buscar las justificaciones y en articular las historias que permitan explicar dicho quiebre, lo cual sin duda no contribuye a superarlo. Por esta razón, es que considero que aprender a desarrollar las conversaciones que permitan coordinar acciones para actuar sobre los quiebres y de esta forma generar un cambio que lleve a superarlos, tiene una gran importancia, no sólo a nivel de las relaciones al interior de una organización, sino también a nivel de las relaciones personales.
En cuanto a mis puntos de vista, creo que, debido a lo que hemos leído anteriormente y a lo que hemos tratado en clases, los textos leídos en esta ocasión más bien los confirman. De hecho, los reafirman en el sentido de que reiteran la importancia de aspectos como el saber escuchar, como el hecho de que el lenguaje es acción y en general, de que el ser de cada uno se fundamenta en el lenguaje. Además, se corrobora el hecho de que el éxito que podamos tener como profesionales en la carrera que escogimos, depende en gran medida de las habilidades conversacionales que desarrollemos.
Por último, me gustaría señalar que la reflexión que me quedó a partir de lo leído tiene que ver con la “conversación de juicios personales”. Me di cuenta de que en muchas ocasiones tiendo a emitir juicios a partir de un quiebre en los que normalmente me atribuyo la responsabilidad de dicho quiebre, y como dice uno de los textos, al hacer esto no se genera la acción capaz de restaurar la satisfacción y transparencia perdida en él. Esto por supuesto me hizo reflexionar acerca de mi forma de reaccionar y me hizo plantear el desafío de actuar de manera distinta cada vez que se produzcan situaciones de quiebre, ya sea en el ámbito profesional, como en el personal.

carlos dijo...

El Escuchar
Escuchar, algo tan fácil, pero que a su vez es tan difícil, ¿por que?, por el común de las personas, saben oír pero no escuchar, ya que muchas personas se enfocan en lo que hablan y se sientes buenos comunicadores por ese hecho. El acto de escuchar siempre implica comprensión e interpretación. Cuando interpretamos un sonido, estamos haciendo el cambio de oír a escuchar. Escuchar es oír más interpretar. Entonces es ahí donde se abre la brecha al juicio, porque depende de las vivencias personales para formarse su propio criterio. Es el escuchar, no el hablar, lo que confiere sentido a lo que decimos. Por lo tanto, el escuchar es lo que dirige todo el proceso de la comunicación.

Me parece importante en el área de de comportamiento organizacional es el saber hacerse escuchar, ya que el hablar efectivo sólo se logra cuando es seguido de un escuchar efectivo, es por esto que el escuchar valida el hablar. Esto es sumamente importante, puesto que, los lideres de la organización, se cual sea la línea, deben aprender a escuchar las necesidades de sus dirigidos para poder a si, unir criterios para alcanzar las metas y objetivos planeados, y ayudar al desarrollo integral de las personas, para que a través de la organización desarrollen sus aptitudes y necesidades.

Afortunadamente además de tener la oportunidad de leer este texto en el desarrollo del curso tuvimos una sesión dedicada al desarrollo de esta habilidad, creo que en el texto pudimos ver los tópicos dichos por el profesor en dicha sesión y realmente luego de haber realizado los ejercicios fue muy fácil entender el texto. Ahora me quedan las siguientes interrogantes: ¿De que forma podríamos lograr una mejor forma de escuchar y ser escuchados, en una sociedad que cada día pierde más el respeto por el otro?
¿Existe una tecnica que enseñe a aprender a escuchar mejor? Quizás la realización de ejercicios como el de la clase con más frecuencia.


El poder de las conversaciones
A partir de lo leído comprendí que en las conversaciones está entrelazado el escuchar y el hablar, no existe una sin involucrar a la otra, aunque nos hablemos a nosotros mismos, tenemos la capacidad de auto análisis.
Un Tópico que me pareció importante fue el de la “conversación para la coordinación de acciones” la cual nos permite la superación de quiebres y sus consecuencias, ya que busca acciones futuras a realizar. Los actos que nos conducen a estos nuevos resultados de superación de quiebres, pueden ser, peticiones, ofertas, promesas y declaraciones. Resaltando las peticiones, la importancia de poder decirle a otro necesito de tu ayuda, puede significar la solución del quiebre, mientras que el no hacerlo provoca angustia, inefectividad, aislamiento. Somos personas que constantemente necesitamos de otras ya sea para ayudar directamente realizando acciones en conjunto o moralmente dando una palabra de aliento.

Creo que lo más importante que nos deja el texto es la importancia de entablar relaciones personales y las conversaciones con los demás porque esto provoca que tengamos una buena relación con los otros y además podamos enfrentar los quiebres o cualquier cosa positiva o negativa. Además también aceptar críticas y reclamos de los demás.
En el comportamiento organizacional es la capacidad de generar conversaciones para la coordinación de acciones ya que al trabajar en grupo y en la vida en general debemos relacionarnos con otras personas, vivimos en comunidad y en algún momento debemos saber pedir ayuda en cualquier ámbito. En un grupo de trabajo es importante desarrollar este punto ya que si el problema no lo puedes resolver de forma individual tienes a un grupo respaldándote y juntos buscar una solución o pedir ayuda a algún grupo externo.
Este texto me genera una gran interrogante ¿Cómo puedo insertar la conversación dentro de la vida diaria de las personas?

victor dijo...

Sobre el primer texto, el tema tratado me llevo inmediatamente al ejercicio que desarrollamos en clases e inmediatamente fue confirmado lo que plantea el texto, el adecuado escuchar se da incluso cuando el receptor está hablando. En el momento que la conversación nos parecía interesante era cuando más preguntas o comentarios hacíamos al respecto. Al ver reflejado esto en la realidad, concuerdo completamente con lo dicho en el texto. Sin embargo solo creo que es una confirmación de conocimiento y no una adquisición de uno nuevo.
En cuanto a nuevos aprendizajes obtenidos de la lectura, es difícil que en el texto se pudieran realizar, según mi opinión, ya que dentro de la lectura se encuentran varias posiciones que discrepan entre sí, sin mostrar las conclusiones de todas para poder comparar y elegir la mejor según algún tipo de criterio
En cuanto a las interrogantes que nacen terminada la lectura, si hay varias posiciones planteadas en el texto, entonces ¿no habrá también, por consecuencia, múltiples situaciones en las cuales sea aplicar cada punto de vista tratado?

Sobre el segundo texto, para mí fue mucho más llamativo que el anterior, este presenta un claro uso práctico de la conversación sobre las organizaciones o empresas, las cuales serán nuestro principal objetivo cuando terminemos nuestra carrera. Si bien hemos estudiado en clases sobre la importancia del acto de la conversación y su aporte al desarrollo de distinto tipos de redes de información dentro de las organizaciones (sistemas) , nunca había imaginado que era tan importante el tratar este tema, poniendo a la adecuada conversación como una base de la empresa misma. Creo que el posterior estudio y análisis en la práctica de esto anterior es lo que debemos proponernos como una de nuestras metas principales en nuestra vida laboral, ya que según lo leído, la mayor cantidad de beneficios se obtienen de esta manera. En realidad mas que nuevos aprendizajes, el texto en su amplia mayoría lo que hace es reafirmar los conocimientos que poseemos sobre el tratamiento de las interrelaciones de información en una empresa.
La reflexión que me apareció en este texto fue que si bien considerar la conversación como una variable importante para el mejoramiento continuo es una buena idea, esta es una variable muy sensible para casos positivos y negativos, por lo tanto puede que cambios drásticos sin un adecuado estudio o experiencia previa puede resultar en un desmoronamiento de gran parte del sistema ( la innovación de ser tratada con mucho cuidado)

Jorge Fuentes dijo...

Primera lectura: El escuchar
Lo más importante que plantea el texto es la diferencia del oír y el escuchar. El oír es una capacidad netamente biológica de los seres humanos pero el escuchar esta ligada absolutamente al lenguaje y la capacidad de interpretar mensajes. Además es muy interesante ver como el concepto del escuchar como acto pasivo es completamente sustituido por uno que le otorga mucha más importancia al hecho de cómo las propias personas interpretan lo que les dicen. Pienso que uno de los grandes problemas que están experimentando las personas es el excesivo individualismo que demuestran, lo que queda de manifiesto en que en muchas ocasiones las personas no están interesadas en escuchar lo que el otro le tiene que decir, y simplemente asumen como verdades las cosas que ellos mismos dicen, como en el ejemplo que nos decía el profesor del escuchar una experiencia similar a la vivida por uno y no dejar que el otro termine sino que uno comienza a contar su historia, lo que claramente va en desmedro de la comunicación, la cual es fundamental para el desarrollo de las personas y el mejoramiento del mundo que nos rodea.

En la medida en que el hablar es acción, todo hablar trae consecuencias en nuestro mundo. Todo hablar es capaz de abrirnos o cerrarnos posibilidades. Todo hablar tiene el potencial de modificar el futuro y lo que nos cabe esperar de él. El acto de escuchar está basado en el respeto mutuo, en aceptar que los otros son diferentes de nosotros, que en tal diferencia son legítimos y en la aceptación de su capacidad de tomar acciones en forma autónoma de nosotros. El respeto mutuo es esencial para poder escuchar. Sin la aceptación del otro como diferente, legítimo y autónomo, el escuchar no puede ocurrir. Si ello no está presente sólo podemos proyectar en los otros nuestra propia manera de ser.

Las interrogantes que me plantea el texto son ¿por qué se nos hace tan difícil escuchar al otro? ¿lograremos algún día aprender a escucharnos realmente y construir así un mundo en armonía con los demás? ¿vamos mejorando en este aspecto o cada vez perdemos más nuestra capacidad de escuchar?

El poder de las conversaciones
El aprender a conversar me parece que es lo más importante, pues el conversar es parte fundamental dentro de un equipo, es por esto que el autor nos muestra diferentes facetas de la conversación, las que se relacionan con el saber hablar y escuchar de forma efectiva y por ello su importancia, pues estas dos acciones están presentes a cada momento en todos los humanos y son fundamentales para poder superar los quiebres que se nos presenten. Comúnmente se ve como la gente se dedica a buscar explicaciones de lo sucedido, y sobre todo necesita buscar culpables para así alivianar la carga y dar por superado el problema, pero no se dan cuenta de que lo realmente importante es ser capaces de encontrar las soluciones para revertir lo ocurrido. Si bien muchas veces es necesario ahondar en las causas del problema, considero, al igual que el autor, que es primordial que nuestros esfuerzos se concentren principalmente en arreglar dicho problema, puesto que de otro modo quedaríamos estancados en el pasado. Debemos ser capaces de solucionarlos y extraer los aprendizajes que se pueda de cada situación: sólo así podemos dar los problemas realmente por superados y podremos seguir avanzando hacia nuevas posibilidades.

El aprender a enfrentar los quiebres en forma eficiente, utilizando los distintos tipos de conversaciones, de manera tal que siempre estemos, en la medida de lo posible, avanzando hacia la acción nos ayudará a solucionar problemas tanto en el ámbito de las relaciones laborales, promoviendo una mejor relación con los demás miembros de la organización y una mayor efectividad en la ejecución del proyecto.
¿Se podrá eliminar la costumbre del “echar la culpa al otro”?

Vale dijo...

Mucho se nos había hablado ya en lecturas anteriores respecto a la importancia de saber escuchar, sin embargo, nada se decía respecto a cómo lograrlo, ni siquiera qué era realmente lo que significaba “saber escuchar”. Después de leer el texto “Escuchar” y comprender un poco más qué es lo que involucra escuchar (y no sólo oír) a una persona, me di cuenta que mi principal problema como oyente es que me cuesta dar la misma atención a todas las personas. Muchas veces hago juicios a priori y no me detengo a escuchar lo que me dicen ciertas personas, cerrándome a las posibilidades que ellos están generando. La posibilidad de aprendizaje que me abre el texto, es a no olvidar que soy sólo un particular observador dentro de un haz de infinitas posibilidades de observación, y que por lo tanto, todo otro observador se presenta como diferente, por lo que siempre será mejor escuchar para luego emitir algún juicio, al menos de esta forma no me cerraré a oportunidades de aprendizaje. Por otra parte, mientras leía el texto “El poder de las conversaciones” recordé a personas, que por medio de las conversaciones que mantuve con ellas, marcaron mi vida y definieron en parte la persona que hoy soy; y con quienes, lamentablemente y debido principalmente a la distancia, son pocas las oportunidades que hoy tengo de conversar y cuando lo hago, nos resulta difícil “danzar” con la fluidez que antes lo hacíamos. Al leer la frase que aparece en el texto y que dice: “Mantendremos una relación con alguien mientras estemos en una conversación abierta y continua con esa persona” la oportunidad de acción surgió inmediatamente. Las relaciones no pueden sobrevivir eternamente basadas en el recuerdo, debemos cultivarlas, debemos trabajar, no sólo por nuestras relaciones íntimas de pareja (respecto a las que hace mucho énfasis el texto), sino también por las relaciones con nuestros padres, amigos, hermanos… en fin, por todas aquellas relaciones que resulten importantes en nuestra vida.

A medida que leía ambos textos, varios de mis puntos de vistas iban siendo confirmados, sin embargo, el que considero de mayor importancia y que fue recalcado en ambas lecturas, es la importancia de las conversaciones en las que participamos, la importancia de ser capaces de generar espacios de conversación cuando éstos son necesarios. La conversación desde la visión que se le da en los textos (y principalmente, en el segundo de ellos) resulta para mí muy similar a una reflexión, una reflexión privada cuando sólo se realiza con uno mismo, y una abierta cuando resulta de la interacción de dos o más personas; la calidad de las conversaciones que tengamos a lo largo de nuestras vidas tendrá incidencia directa con el tipo de persona que construyamos. Creo que muchas veces las personas restan importancia a las conversaciones que mantienen o prefieren no tratar en ellas temas “graves” o complejos, sin darse cuenta de las oportunidades a las que se cierran con ello. Son, en definitiva, las conversaciones en las que participamos (o en las que no participamos) las que nos abren o cierran nuevos mundos, definen nuestra identidad, amplían nuestras posibilidades, permiten superarnos y permiten modificar aquello que no funciona. Es en nuestras conversaciones, ya sea con nosotros mismos o con los demás, en que formamos y transformamos la persona que somos y el mundo que nos rodea.

Vale dijo...

Por otra parte, hay un punto de vista que el texto “Escuchar”, puso en cuestionamiento y se refiere a qué es realmente saber escuchar. Hasta ahora, pensaba que una persona que sabía escuchar era quien se mantenía en silencio y muy concentrada en quien le hablaba, por lo general, asociaba a las personas silenciosas a personas que eran buenas para escuchar. Por la misma razón, consideraba que yo no era buena escuchando. Cuando alguien me habla suelo no concentrarme únicamente en las palabras que la persona está articulando, pongo atención en su mirada, en su emocionalidad, hago relaciones con la historia de su vida e intento interpretar por qué y para qué está diciendo lo que dice; a medida que habla me surgen preguntas y espero que termine para plantear mi posición (a veces, debo reconocer, me cuesta esperar a que termine); cuando terminamos la conversación, a veces pienso, que debido al divagar de mis pensamientos, tal vez no puse suficiente atención a todo lo que me querían decir y que, por lo tanto, no supe escuchar. Sin embargo, después de la lectura, me di cuenta que en realidad la idea que tenía respecto al saber escuchar, estaba errada, y que a pesar de tener mucho que mejorar para llegar a ser realmente buena escuchando, muchas de mis características como oyente no eran tan malas como pensaba.

Por último, quisiera recalcar un punto, que aunque aparece brevemente mencionado y que, en realidad, no corresponde al eje principal de ninguno de los dos textos, llamó muchísimo mi atención. En todos los textos que hemos leído hasta la fecha, el lenguaje ha sido el protagonista; el que crea y el que destruye, el que abre y cierra oportunidades, y como he mencionado muchas veces, estoy completamente de acuerdo del poder que éste tiene. Sin embargo, en el texto “El poder de las conversaciones” se menciona: “El lenguaje transforma a los seres humanos en seres que viven en el desgarramiento de la búsqueda de sentido”… qué significa esto ¿Es acaso el lenguaje el que ha provocado que para nosotros el ser sea un asunto relevante? ¿No será que el lenguaje fue creado por los seres humanos para responder a su necesidad de hacerse cargo en forma permanente del ser que es, y no a la inversa? Creo que la búsqueda de sentido en la vida de los seres humanos es parte de su propia esencia, algo que trasciende al lenguaje y que éste ha sido creado por los seres humanos para ponerlo a su disposición y permitirle hacerse cargo de sus propias inquietudes ¿Cómo podríamos explicar sino la creación del lenguaje? ¿Cómo podría haber éste surgido sin que existiera ya la inquietud del ser por encontrar sentido en su acción?

Javier Fuentealba dijo...

Es difícil tratar de enfocarse en alguno de los puntos de la lectura, pues desde mi perspectiva observo una concepción distinta de ver el mundo, esta lectura a diferencia de varias de las anteriores no busca ser un presentadora de un conjunto de información sin mucho más que entregar, lo que esta realiza es a construir, desafiando mucho de los paradigmas actuales, haciendo un llamado a reconstruir el mundo en el que nos encontramos parados por medios de la capacidad generativa del Lenguaje, la cual después de la fehaciente defensa hecha por el autor no cabe mucho más que entregarse y dejarse llevar.

En la primera lectura expone una verdad que cada vez se va a haciendo más cierta en el mundo en que vivimos, la importancia de “escuchar, aún más se presenta el escuchar como factor determinante de la comunicación, pues es el escuchar el que validad el hablar y, por ende, valida las conversaciones, y se extrapolamos esto un poco más, podemos afirmar que el escuchar valida nuestra existencia, pues nosotros existimos en el dominio del lenguaje. Después de esto queda a tras la concepción del escuchar como agente pasivo dentro de las conversaciones, sino que el hablar y el escuchar se presentan como fenómenos diferentes, “decimos lo que decimos y los demás escuchan lo que escuchan”.

Después de realizar tan importante distinción entre hablar y escuchar, además de dejar en claro que esta siempre va acompañada de una inquietud, o más bien al revés, el escuchar y el hablar surgen a partir de una inquietud, no me quiero detener en esto, sino que dar el paso a las conversaciones, las conversaciones acompañan nuestro diario vivir, de hecho construyen nuestro vivir, por esto que es de suma importancia construir las conversaciones adecuadas para cada uno de los escenarios con el otro y consigo mismo que se me presenten, ya sea conversaciones en el ámbito de juicios personales, para coordinar acciones, posibles acciones o para conversaciones. Del desarrollo de manera efectiva de éstas últimas será el buen desarrollo de las relaciones personales y conversacionales, cabe destacar que estas conversaciones se enmarcan dentro de la historia personal de cada uno, y de la historia que ha construido un pueblo, ciudad, religión, etc., lo que permite desarrollar al lenguaje dentro de cierto marco individual y grupal.

Javier Fuentealba dijo...

Las posibilidades de acción son muchas, claramente que en transcurso de mi educación, y de mi vida, el escuchar no es una habilidad que haya sido desarrollada y, sin lugar a duda, ésta será y es de suma importancia en el transcurso de mi vida y aún más dentro de mi labor como gestor, como decía alguno de los textos: “demasiados (ejecutivos) piensan que son maravillosos con las personas porque hablan bien. No se dan cuenta de que ser maravillosos con las personas significa 'escuchar' bien”. El voltear este paradigma es un trabajo duro, que requerirá introspecciones y esfuerzo en el trabajo con el otro. Por el lado de las conversaciones (siempre ligado a lo anterior) tiene relación con el secreto del trabajar y vivir con otros tienen que ver con el ser competentes en diseñar estas conversaciones, aprender a juzgar cuándo es conveniente abrir una conversación y cerrar otra y saber moverse de una conversación a otra. Estas son competencias fundamentales tanto en la construcción de familias armónicas, de parejas capaces de encarar adecuadamente sus quiebres, como de organizaciones empresariales efectivas.

Los puntos de vista que se me han puesto en cuestión tiene relación con el escuchar, la verdad es que de cierta forma reconocía protagonismo que posee, puede ser en pos de la misma experiencia, o del tipo de ser humano que he ido construyendo con mi persona, aún así no era un conocimiento consciente, pues seguía relegando a un nivel secundario el escuchar. De hecho, la labor que más me gusta ejercer en el interior de una conversación es “escuchar”, pues siento que muchas personas necesitan de otro que les ponga atención, las valore y escuche, aún así dentro de un grupo humano de personas en las que buscan ponerse de acuerdo, el escuchar pareciera pasar a segundo plano, pues el que habla más alto o es más determinante en su accionar es aquel que es “líder del grupo”, la lectura me reafirma lo contrario, el que sabe escuchar es aquel que es valorado por el otro, y es el más útil frente a escenarios como el expuesto.

Después de haberme presentado en una entrevista para práctica en donde todo el mundo trataba de figurar y pasar sobre el otro, en donde todos buscaban destacar, demostrar todo su desplante, me cabe preguntarme, en el mundo laboral, ¿Qué tan efectivo se hacen las conversaciones?¿es la competitividad un enemigo del escuchar?¿cómo construyo una relación con el otro en donde este sea legitimo?

Maximiliano León M. dijo...

Ambas lecturas siguen avanzando en la misma línea de las lecturas pasadas, por lo que es fácil encontrar ideas y conceptos familiares (por no decir redundantes). Sin embargo, al igual que antes, insisto en que a pesar de que muchas veces sabemos o reconocemos la importancia de ciertas cosas (en este caso el escuchar y el conversar), siempre es bueno y necesario que alguien nos las recuerde para tenerlas presentes y así poder aplicarlas correctamente en nuestro diario vivir. Esto es lo que más rescato de la lectura de los textos, en el fondo fueron pocas cosas nuevas las que aprendí, pero debo reconocer que me ayudó mucho el haber recordado varias otras, en especial, la importancia de saber escuchar, cómo escuchar, cómo hacerse escuchar, cómo reconocer un quiebre y cómo enfrentarlo.

Siempre me he considerado una persona buena para escuchar, de hecho normalmente me acomoda más escuchar que hablar y, por lo mismo, prefiero escuchar bien antes de hablar. El único aspecto que reconozco debo trabajar para mejorar es el tema de la emocionalidad, tanto para hablar como para escuchar, sobre todo cuando ya me encuentro inserto en una conversación, ya que tengo un carácter bastante fuerte y soy muy propenso a cambiar mi emocionalidad si es que el curso de la conversación no es el que yo esperaba antes de incurrir en ella, lo cual evidentemente me provoca una suerte de frustración que me impide escuchar y hablar efectivamente. Por otro lado, creo que sé reconocer bastante bien los contextos de las conversaciones, aunque quizás me hace falta tener más presente que lo que estoy escuchando quizás no sea lo que la otra persona quiere que escuche, en ese sentido debería ser un poco más cuidadoso y reflexivo, para evitar formarme un juicio erróneo que pueda ocasionar un quiebre en la conversación o relación con la otra persona.

En cuanto a mi reacción frente a los quiebres, no me considero una persona extremadamente activa (como me gustaría), pero tampoco soy tan pasivo como para quedarme estancado sólo en conversaciones de juicios personales. Siempre trato de ser lo más racional posible cuando me enfrento a un quiebre, lo que tiene un lado positivo y otro negativo. Lo bueno es que esto me hace ser bastante efectivo en lo que respecta a las conversaciones para posibles acciones, ya que me ayuda a generar varias alternativas de acción para resolver un mismo problema. Lo malo es que suelo caer en una reflexión excesiva de los quiebres, lo cual me induce un sentimiento de indecisión que muchas veces termina frustrando mi capacidad de acción. Es por esto que me gustaría trabajar más en mi habilidad referida a la conversación para la coordinación de acciones, es decir, no tener que pasar siempre primero por las conversaciones para posibles acciones sino que lograr llevar a cabo la acción desde un principio. En especial, creo que me cuesta mucho y que me sería de mucha utilidad para mejorar mi capacidad de acción frente a los quiebres, el aprender y perderle el miedo a pedir ayuda.

Para terminar sólo me gustaría añadir una reflexión citando un párrafo del segundo texto: “Ningún área en la empresa es más dependiente de las competencias comunicativas que el escalafón ejecutivo y gerencial. El éxito o fracaso de un ejecutivo o de un gerente es función directa de su competencia conversacional.” Tal cual como mencioné al principio, muchas veces sabemos y reconocemos la importancia de las cosas, pero es fundamental buscar la forma de que algo o alguien nos las recuerde de vez en cuando para no perderlas de vista, creo que este párrafo resume muy bien hacia donde deben apuntar nuestros esfuerzos como futuros profesionales y cuál debe ser nuestro norte a no perder de vista.

Christian Martin dijo...

Antes de empezar me gustaria mencionar que estos textos, al contrario de los anteriores, sí me parecieron "interesantes".

Acerca del texto "El escuchar", siento que es un tema muy importante. Lo tomo no tanto en el tema profesional sino mas bien en el ambito personal. En el crear lazos afectivos con personas y realmente ponerles atencion a lo que dicen.
Una de las sensaciones mas agradebles que puede haber es sentir que te entienden, que han pasado por lo mismo, etc. Para lograr eso, la otra persona debe estar escuchando realmente y no solo oyendo.
Para eso el texto menciona diferentes filosofos y psicologos que hacen referencia al tema. En lo personal no creo que sea necesario tanto analisis "humanista", mas bien simplemente darse cuenta de que la persona que esta hablando tiene el derecho a ser realmente escuchada y respetada.
Con respecto al texto el poder de las conversaciones hay algo que me quedo dando vueltas. Que es el cómo enfrentar a los problmas, uno puede amargarse y no hacer nada por arreglar el problema o levantarse lo más rapido posible y enfrentar la situacion. Estoy plenamente convencido de que uno debe vivir el momento "a concho", como si fuera el ultimo.
Hay varias formas de enfrentar los "quiebres". Esto vuelve al tema de las lecturas anteriores de que sí importa cómo uno se expresa. Una cosa se puede expresar de variadas formas y va a depender de esa forma, de la emocionalidad que uno tenga en ese momento, si la otra persona la toma bien o mal.

El lenguaje se podria decir que "lo es todo". Sin el no se pueden coordinar acciones para que ciertas cosas se hagan realidad.

Nicolás Arriagada dijo...

Los textos describieron la forma completamente distinta de analizar mi vida, es decir, yo casi nunca escucho cuando hablo, es decir, no logro concretar conversaciones en el ámbito completo, creo que la mayoría de los chilenos obviamos eso, somos malos para conversar (hablar y a la misma vez escuchar). Creo que estos textos me abrieron la posibilidad de saber como dirigir la construcción de mi persona, como por ejemplo, cuando en clases conversamos escuchando completamente los que el otro decía, es decir, nos internamos con ellos y nos hacemos participes de sus deseos. El texto me agrado bastante ya que mantenía esa distinción de los textos anteriores, no hay conversación si no hay hablador ni escucha, no como una definición, sino que como una acción. Me gusto el tema del diseño de las conversaciones, ya que la mayoría de las personas le echa la culpa a otro de algún fracaso cuando en verdad el fracaso puso ser producido por vicisitudes de la vida, o por culpa de nosotros mismos, esto tiene mucho que ver con cómo nos sentimos al expresarnos y por lo tanto las cosas que nos pasan, vemos y escuchamos son transmitidas por nosotros a través del habla, interna o externa, por lo tanto debemos aprender a controlar nuestros pensamientos y dirigirlos de la mejor forma posible ya que es así como en las organizaciones más poderosas se da la conversación de forma natural (management). Me queda una pregunta muy importante redundando en mi mente, ¿Hasta que nivel evolucionaran las conversaciones en las organizaciones? ¿Cuánto le falta a Chile para que su ambiente conversacional no sea, recurrentemente, mediocre? Creo que somos nosotros los que debemos apoyar enseñando como se debe conversar partiendo a través de nosotros mismos.

Cristian dijo...

Primer Texto
Que las personas están empezando a aceptar que escuchan mal. Reconocen que, a menudo, les es difícil escuchar lo que otros dicen y que tienen dificultades en hacerse escuchar en la forma que desearían. Este fenómeno ocurre en todos los dominios de nuestras vidas. Es una alerta que la sociedad esta haciendo pero es esta misma la que debe cambiar su percepción del escuchar.
El escuchar valida el hablar. Es el escuchar, no el hablar, lo que confiere sentido a lo que decimos. Por lo tanto, el escuchar es lo que dirige todo el proceso de la comunicación.
Lo que diferencia el escuchar del oír es el hecho de que cuando escuchamos, generamos un mundo interpretativo. Efectivamente podemos escuchar los silencios. Cuando escuchamos, no escuchamos solamente palabras, escuchamos también acciones. Esto es clave para comprender el escuchar. Cuando escuchamos, escuchamos las inquietudes de las personas; escuchamos el por qué las personas realizan las acciones que realizan. Las personas que saben escuchar son personas que se permiten interpretar constantemente lo que la gente a su alrededor está diciendo y haciendo.
El hecho de no solo oir sino escuchar al compañero que esta a nuestro lado, esto sin duda ayuda mucho mas a que el trabajo en equipo se hace mas ligero y con mayor resultados beneficiosos para las personas, ya que al solo oir a los demás y no darnos el tiempo de escucharlo y comprender lo que nos esta diciendo, no nos permite avanzar en el mismo ritmo y dirección por lo tanto para que haya un comportamiento organizacional beneficioso en una empresa o en algún proyecto debe existir el escuchar y comprender a los que nos rodean.


Segundo texto
Las conversaciones son muchas y van a depender mucho del contexto donde se va a llevar a cabo, una discusión, una reunión, unas clase etc. son lugares donde se va a realizar una conversación bajo un determinado ambiente pero que siempre a pesar de lo distintos que sean van a necesitar de una persona que habla y otra que escucha, estos son los elementos básico en ellas y sino están no existe una conversación.
En lo que respecta a relaciones personales y conversaciones creo que debemos tener mucho cuidado cuando tenemos una relación, principalmente debido a que las conversaciones con alguien que yo tengo una relación (sea afectiva, social, de trabajo, compañero etc.) debo tener mucho cuidado de no caer en una rutina creo yo porque eso va dilatando las conversaciones haciendo que en algún momento estas se acaben y por lo tanto se acabe la relación. Además de tener cuidado también en no confundir una conversación publica y una privada por que se puede confundir y por lo tanto caer en comentarios desagradables acerca de personas que pueden sentirse dañada con esto, y sobretodo no inventar historias negativas acerca de alguien por que pude traer consecuencias a nivel grupo y a nivel relación.

Creo que el saber reaccionar a las distintas situaciones, o sea de repente decimos tanto con nuestra boca que no sabemos que herimos o que no afrontamos de buena manera la dificultad, es por esto que es vital el saber tomar los dominios y ser autocriticos con unos mismos, o sea no echar la culpa al resto de alguna acción negativa si sabemos que nosotros somos los culpables de lo sucedido. Esto generalmente se ve reflejado en los jefes los cuales esperan mucho del resto y a la hora de que los resultados no son los satisfactorios echan toda la culpa a los empleados, siendo que los mismos jefes tienen un alto grado de responsabilidad en la poca incentivación y manejo del grupo, creo que es ahí donde se debe empezar a mejorar el tema de las conversaciones, pero este ámbito radica más en un tema de cultura y que generalmente cuesta mucho sacar de la gente.
Algunas interrogantes que me plantea el texto ¿Mirando esto, soy capaz de escuchar las opiniones y reconocer errores? El nivel de confianza dentro de un grupo, ¿afectara las peticiones dentro de este?

Fabián Jorquera dijo...

Del primer texto, se habla de un tema ya comentado en clases: El escuchar. Es sabido por nosotros que decir y escuchar son fenómenos diferentes, esto debido a la naturaleza propia del ser humano como sistema cerrado. Escuchar no es oír, escuchar implica generar una interpretación y he ahí el gran dilema: generalmente uno escucha lo que quiere escuchar y no lo que nos quieren decir. Escuchar es algo que de todas formas debo mejorar, ya que es importante en cualquier acción de la vida cotidiana, pues vivimos rodeados de comunicación. El siguiente texto podría tomarse como una continuación del anterior, de la cual destaco el aprender la forma de abordar los distintos tipos de quiebres en la comunicación y que la mejor forma de afrontar los quiebres es pedir ayuda, omitiendo los prejuicios que tengamos al hacerlo (miedo).
Se me confirma el hecho que, como expone Freud, los seres humanos tenemos un consciente e inconsciente que explican nuestro actuar. En muchos casos, cuando escuchamos a otro usamos nuestro inconsciente, es decir, no estamos concentrados, no prestamos atención. Del segundo texto, se confirma el hecho de saber que no todos reaccionamos igual (como diría el ejemplo del neumático pinchado), y que los quiebres no nacen cuando ocurre el problema, sino que cuando el individuo reacciona al ocurrir el problema (poder transformador del lenguaje).
Las preguntas que me han suscitado ambas lecturas son: ¿Cuándo hablo, la gente realmente me está escuchando? ¿Cómo saber si lo está haciendo?, ¿He estado reaccionando bien cuando ocurre un quiebre? ¿Qué debo hacer cuando es el otro el que reacciona mal?

Rocío Sabat dijo...

En los textos anteriores se ha planteado que una organización es más que un espacio generado por límites declarativos en los que la gente está unida por una red de promesas mutuas, mas en esta ocasión ("El poder de las conversaciones") lo complementamos con la cultura y forma de hacer las cosas, lo que me parece bastante más real y aterrizado, pese a que compartía lo planteado por los otros artículos. Y es que, al final, todo debe adaptarse al contexto.

Sobre el mismo documento, primeramente me pareció especialmente interesante la propuesta del autor ante los posibles quiebres, pero no comparto el que "para cada caso se pueda aplicar la solución propuesta: siento que, si bien es una buena referencia para esas determinadas situaciones, no es más que eso: una referencia (aunque asumo que esa es la idea, claro está). Plantea además que una relación exitosa no es aquella sin quiebres, sino aquella que ha sabido superarlos exitosamente; lo que ciertamente ha sido una especie de ley para mí desde que tengo memoria... sin embargo, que el texto corroboro o complemente apreciaciones personales no quiere decir que no haya sido útil para mí, muy por el contrario, creo que caigo en vicios comunicacionales (dificultad en pedir ayuda o, generalizando con los diferentes dominios asociados a los quiebres, etc) que evidentemente quisiera corregir.

Finalmente, y cerrando mi apreciación del primer artículo, no puedo evitar pensar en que, si bien sabemos que debemos tener una conversación con "alguien" para superar el quiebre, ¿cómo iniciarla?. Digo, si bien el peso recae en la acción de conversar, me parece que encontrar la iniciativa y momento oportuno para hacerlo (especialmente con gente menos dispuesta a cooperar) no es sencillo.

Del otro texto ("El escuchar") sale una de las frases más potentes que leí en esta ocasión, el escuchar valida al hablar: más que lo que yo-- Rocío-- digo, importa lo que tú, auditor, entiendes; "todos vemos de forma diferente la paleta de colores". Sin embargo, y evidentemente es algo en lo que tengo que trabajar, a veces erróneamente asumo que las personas interpretaron mi decir como yo esperaba que lo hicieran, obviando de cierta manera el proceso de escuchar (o, exagerándolo de cierto modo, asumiendo que mi hablar es equivalente a su escuchar). He sido partícipe en 3 ó 4 ocasiones del ejercicio de "oír a consciencia lo que el otro tiene que decir" y, si bien es sumamente importante, debo admitir que es sensorialmente complicadísimo... por lo que concluyo que, a diario, tengo una dificultar para escuchar.

Sí, oír es distinto a escuchar, pero la interpretación que damos a lo que oímos no cambia la intención de lo que mencionó la otra persona: en un momento, se ejemplifica con un "mi señora no quiso ir al cine, por lo que está enojada conmigo"... ¿qué pasa si estaba enferma o si tiene planes mejores para compartir?; entonces ¿cuán posible es escuchar sin dar un sentido erróneo al decir del otro?. Muy atento puedo estar, pero se requiere un contexto común y a veces, simplemente no se nos dá la oportunidad de desarrollarlo como debiera (o peor aún, a veces ni siquiera es suficiente; yo misma he tenido problemas con mis hermanos por no saber escuchar o viceversa).

Oír es relativamente fácil, ¿pero escuchar?... un arte, tal vez.

El Comensal dijo...

Esta vez los textos fueron bastante interesantes, pero me parecieron, sobretodo el primero, muy extensos, quizás porque no soy bueno para entender este tipo de lecturas, pero creo que redunda una y otra vez en lo mismo, a pesar de ello, se puede desprender fácilmente, y casi al comienzo del texto, la importancia del saber escuchar, la poca importancia que se le ha dado y la complejidad que existe detrás de este acto. Me ha dejado como aprendizaje bastante, una vez más, uno da por sentado todos estos temas y cree saberlos, pero después de leerlos se puede entender desde otro punto de vista, mucho más teórico y profundo, por ejemplo la importancia de las emociones al escuchar, en lo personal creo que soy bueno escuchando (en el sentido del texto), y el texto me ha servido para mejorar en ello, saber que me falta o en que debo fijarme a la hora de escuchar, pues no solo es importante en mi vida social y escolar, sino que estoy seguro que lo será en mi futuro profesional. En el segundo texto, y a pesar que no aparece mucho nuevo, lo relativo a construir a conciencia las conversaciones, es muy importante para nosotros como ingenieros pues debemos tener claro nuestra conversación para poder expresarnos y asegurar de esta forma que nuestro interlocutor escuche lo que nosotros realmente queremos que escuche.
Un punto, y talvez sólo con la intención de encontrar alguno, que no estoy de acuerdo es al principio del texto, cuando se pretende introducir el tema de escuchar, y refiere al hecho que el escuchar es más importante que el mismo hablar, lo cual no me parece, no porque crea que hablar está por sobre el escuchar, sino que creo que ambos están al mismo nivel, uno no es nada sin el otro, no saco nada con hablar si no hay nadie que sepa escucharme, ni ser el mejor en escuchar si no hay alguien que sepa hablar.
Finalmente surgen las interrogantes, ¿Se puede efectivamente aprender a escuchar o es algo con lo que se nace? ¿Hoy en día en las empresas, los altos mandos saben escuchar a aquellos que supuestamente saben comunicarse menos?

Pablo Arriagada dijo...

Leer ambos textos es la constatación de los factores que hacen que muchas de las conversaciones que he tenido – sobre todo las que no se refieren al trabajo – sean exitosas y un verdadero gusto vivirlas. No hay nada más agradable que cuando quieras transmitir algo que de veras sientes que te importa, haya alguien realmente interesado en escucharte, que haga preguntas, que vaya sintiendo lo que uno sinceramente quiere entregar, y que esos sentimientos sean recíprocos. Eso nos hace humanos, no un intercambio constante de juicios que no requieren ningún análisis o preguntas que sólo entienden un sí o un no como respuestas. El verdadero conversar hace que los interlocutores se preocupen de las inquietudes del otro, que implícitamente va transmitiendo; el conocerse adecuadamente va fluyendo en el tiempo, lo que lleva a entender con ciertos gestos o palabras que alguien siente o necesita algo específico. El no lograr esta clase de conexiones lleva al ser humano a deambular de una manera vacía por el mundo, sin cuestionarse ni sentir algo en sí mismo o por los demás. Lamentablemente, este escucharse mutuamente con ciertas personas puede ir perdiéndose, principalmente por dos clases de lejanía, física y emocional; la primera más que nada por la forma que está estructurado nuestro diario vivir, dichas instancias son cada vez más reducidas, no les damos el tiempo que realmente requieren. Por otro lado, en nuestras relaciones puede nacer un alejamiento más bien emocional, que precisamente está generado a partir de ir escuchándose y no compartir, o no sentir mutuamente algo, que termina debilitando una relación y agotando estas posibilidades de convivencia, aquí las diferencias, aunque no necesariamente irreconciliables, afectan fuertemente sentimientos, que conducen – aunque ninguno de los dos quiera – a la distancia.
Mi gran problema, debo reconocer, es darle vueltas y vueltas por mucho tiempo a mis errores y recriminarme personalmente las acciones que pudieron conducir a un quiebre o también lo que no hice y llevó a las mismas consecuencias: me encierro y cuesta mucho sacarme de eso. El gran desafío para mí y todos es buscar evitar y recomponer estas distancias, de abrir nuevos espacios para compartir más allá de lo que hacemos, sino también quienes somos, además de saber pedir la ayuda de quien tienes a tu lado para tratar de salir adelante cuando se produce un quiebre en relaciones personales. Constantemente conversamos, pero raramente nos escuchamos, en una situación que realmente nos enriquezca, conversaciones humanas, al fin y al cabo.

Rob dijo...

El escuchar:

Es increíble la cantidad de malas interpretaciones que se pueden dar a un mensaje que proviene de nosotros, lo cual depende de factores que su gran mayoría no podemos controlar. Para comenzar, es necesaria la motivación de realmente escuchar lo que nos dicen, es lo mínimo que podemos hacer cuando alguien realiza el esfuerzo de dirigirnos la palabra, y sin embargo, en el diario vivir llega a ser difícil poder escuchar todo.

Una parte que me llamó la atención, es la invitación a anteponerse a cuando la gente caiga en la necesidad de pedir. Lo ideal sería que pudiéramos anticipar estos eventos para mantener a nuestros clientes o cercanos siempre contentos, pero ya que eso es en la práctica imposible, no considero que esté mal que la persona llegue a plantearnos su inquietud. Incluso si la gente fuera más abierta a plantear sus inquietudes en vez de guardárselas, el trabajo de quien debe satisfacer necesidades sería bastante más fácil, así ocupando ese tiempo en otras actividades. El punto es no entrar a adivinar.

El poder de las conversaciones:

Para comenzar, el tema de la definición de los “dominios” y juicios personales. He visto situaciones donde personas hacen mal juicio a estos elementos -me incluyo- lo que determina el poco o nulo aprendizaje en la experiencia, cuando hay grandes posibilidades de avanzar.

Algo a interiorizar, que puede ser importante, es lo de diferenciar entre la negativa a una petición y el rechazo personal. Puede ser que un individuo no vuelva a solicitar ayuda por cometer un error al enjuiciar la negativa de otro por considerarlo como personal. Claro que siempre existe la posibilidad de que la interpretación estuvo correcta y volver a intentar pueda presentar problemas peores, no hay regla fija para esto.

Finalizando, ¿será posible aprender las habilidades y desarrollar las habilidades que faltan, o simplemente son partes de cada persona? A mi juicio sí, pero debe existir un límite en el aprendizaje donde luego empieza a jugar lo que es la esencia de cada uno.

Roberto Sepúlveda L.

Luis Carvajal dijo...

Si bien la composición del texto “el escuchar” me pareció un tanto innecesariamente detallada, sí debo reconocer que me hizo reflexionar bastante, llevándome de vuelta en el tiempo a una experiencia muy particular, referente a la importancia de escuchar. He tenido la suerte de misionar los dos últimos veranos en un pueblo aledaño a Chimbarongo, en donde una de nuestras principales actividades era el “puerta a puerta” y en donde pasábamos por las casas “a lo que nos pidieran”. Me tocó muchas veces ser recibido por personas que lo único que querían era conversar un rato o mas bien “ser escuchadas”. Como misioneros católicos obviamente llevábamos algo preparado, pero en la gran mayoría de los casos (o al menos en los que a mi me tocó vivir), lo fundamental era saber escuchar a las personas para poder generar cierto grado de confianza y empatía con ellas y poder, recién ahí, dar lugar a lo que teníamos planificado. Obviamente igual había casos en que lo más importante pasaba por nuestro desplante y “don de la palabra”, pero eran los menos. La gente en general busca ser escuchada. Solo cuando esto sucede, se abren también a escuchar. Podríamos debatir sobre quién debe escuchar primero. Ahora, llevando esto a un ámbito profesional somos nosotros, como futuros “jefes”, los llamados a propiciar un clima de comunicación efectiva.
Pasando al segundo texto creo que el nombre de éste habla por si sólo y, como ya mencionaron algunos compañeros previamente, se trata de algo que tiene directa aplicación, por ejemplo, a los proyectos que estamos realizando. Me quedo con un concepto que es vagamente mencionado en la lectura pero que si fue tratado en clases: la confianza. Efectivamente y como se señaló antes, el hablar y el escuchar están muy relacionados y su correcta interacción sientan las bases de lo que sería una conversación bajo estándares de comunicación efectiva. Sin embargo esto no puede ser considerados en términos absolutos en la medida en que entra en juego la emocionalidad (termino mencionado en el texto anterior). Es clave lograr generar espacios de confianza para/con nuestros interlocutores, en donde uno pueda no solo escuchar bien, sino que creer en lo que escucha del otro.

Lilian Scholtz dijo...

Me parece muy valido y estoy muy de acuerdo en que el escuchar es primordial en el lenguaje, mas que el hablar, ya que se necesita escuchar para poder hablar y/o opinar, y luego es cuando se genera un diálogo o conversación, obteniéndose una comunicación entre locutores. Sin embargo oír y escuchar no son exactamente lo mismo, ya que podemos estar oyendo lo que una persona dice pero no estamos escuchando, es decir, prestando atención a lo que la otra persona está diciendo. A mi suele pasarme a menudo, sobretodo en clases, me cuesta mantener la concentración y escuchar lo que la persona que esta adelante está tratando de explicar, y creo que es algo que debo mejorar y que trato de mejorar día a día, y como dice Maturana, “los sonidos que escuchamos son aquellos predeterminados por nuestra estructura biológica”, escuchamos lo que queremos oír, es decir, la comunicación depende de “lo que pasa con el que recibe” el mensaje.
En cuanto al poder de las conversaciones, vemos que la comunicación esta dada por el hablar y el escuchar conjuntamente, cuando alguien habla es porque alguien lo está escuchando y viceversa, y es aquí cuando se genera la “conversación”. Luego podemos ver que hay distintos tipos de conversaciones y me hace sentir identificada las conversaciones para la coordinación de acciones, para posibles acciones y posibles conversaciones, no me gusta mucho pedir ayuda, soy un poco orgullosa y creo que soy capaz de hacer las cosas por mi cuenta sin tener que pedir ayuda, pienso muchas veces las cosas y las posibles situaciones antes de pedir algo a cambio. Por otro lado, las conversaciones dependen mucho de relaciones personales que hay dentro de una conversación, es algo obvio, no vamos a tener el mismo tema de conversación ni el mismo feeling con un familiar o un mejor amigo que con un compañero de trabajo o el señor que reparte las cartas, y como se menciona en el texto, basta con observar las conversaciones para darse cuenta o tener una noción del tipo de relación que hay entre dichas personas.

Seba Fuentealba dijo...

EL escuchar

El escuchar como factor fundamental de la comunicación y la importancia que éste recibe dentro del proceso de comunicación es el objetivo primordial del presente texto, el cual señala varios puntos interesantes tales como la cuestión del sentido, ya que lógicamente si no entiendo lo que me dicen, no entiendo el sentido, no existe comunicación efectiva, es como intentar comunicarme con un árabe, jamás entenderé lo que quiere decirme. Ahora, ¿cuántas veces logro que el receptor comprenda lo que estoy informando o solicitando? Yo creo que junto al escuchar va de la mano el tema del saber expresarse, ahora si ese paso se encuentra cubierto puedo ayudar desde mi posición a que el receptor escuche de mejor forma y pueda captar mi requerimiento, pero aquí es donde podemos empezar a desarrollar el proceso de oír, si pudiéramos potenciar estas capacidades tradicionales en busca de un maximización de beneficio seguramente no existirían problemas de lineamientos en cuanto al trabajo, y todos remaríamos para el mismo lado. Como dice el texto que decimos lo que decimos y los demás escuchan lo que escuchan, cuantas veces nos ha ocurrido tal cosa, son innumerables las ocasiones que recuerdo que he interpretado mensajes de forma incorrecto o distinta a la que el emisor pretendía entregar.
Respecto a la diferencia entre escuchar y oír creo en más de una oportunidad haberme planteado tal interrogante sin haber profundizado más allá, pero el texto sin duda me aclara las dudas respecto a ello. Sin duda el escuchar conlleva un acto de interpretación en su fondo, incluso siendo más poderoso aun que el mismo oír. Lo que el texto plantea respecto al mundo que construimos dentro de nosotros al preguntarnos el “de que se está haciendo cargo el que esta hablando” e interpretando lo que escuchamos del orador, reconstruyendo su historia y acomodándola a nuestro mundo, es bastante interesante, aquello que no nos cuestionamos y pensamos que es la realidad asumiéndolo como tal aquello que en realidad puede ser distinto. El ámbito de la acción, el ámbito de las inquietudes y el ámbito de lo posible parecen ser los tres ámbitos que encierran todo esto con coherencia oportuna que resalta una lógica irrefutable por el momento.
¿Qué se necesita para que el escuchar ocurra?, respecto al tema de la apertura partiendo de la base de los ámbitos anteriormente mencionados parecía una pregunta irrelevante debido a la concepción preestablecida en nuestras mentes tal como postula el texto “bien podríamos decir: simplemente sucede” pero los tres aspectos mencionados posteriormente prometen una atractiva salida a nuestras cotidianas respuestas, me refiero al buscar las condiciones del porque algunas personas escuchan mejor que otras, el intentar explicar el escuchar y sobre las condiciones de escuchar.
La interaccion comunicativa con la analogía de una danza me parece ya conocido, siento haberlo leído con anterioridad al igual que varios pasajes del capítulo.

Seba Fuentealba dijo...

El poder de las conversaciones

Del segundo texto, es bueno resaltar la importancia de la comunicación entre los participantes de una relación (del tipo que sea) ya que sin ella es imposible lograr una armonía por parte de ambas partes. También es un arma poderosa puesto que nos ayuda a comparar diferentes tipos de visiones que antes no habíamos considerado. Y es porque cada quien tiene una manera diferente de ver las situaciones, lo que puede ser muy beneficioso dentro de un grupo de trabajo (por ejemplo en una empresa) . Ahora… el tema de escuchar es algo complicado puesto que siempre se están disparando ideas alrededor nuestro y muchas veces no nos percatamos de ello. O lo que suele pasar es querer que nos escuchen pero nosotros no escuchar. Y ahí es donde hay que saber aprender del resto….
Diseñando conversaciones, expone algo de suma importancia, como el hecho de quedarnos estancados luego de un quiebre y propone realizar acción, conversaciones para producir actividad y salir a flota por decirlo de algún modo. Las conversaciones de juicios son un ejemplo de esto, de quedarnos sin realizar aquella acción que nos permite superar dicho quiebre y seguir moviéndonos… porque para mí, lo más importante es seguir moviéndose. Y por el contrario encontramos las conversaciones para la coordinación de acciones, aquellas que podemos mencionar y encasillar como soluciones a los quiebres, probablemente estos ejemplos mencionados antes van de la mano en varias ocaciones, pero lo importante es superar los quiebres y seguir moviéndose. “keep walking ,johnnie Walker”

Pablo Carrasco dijo...

Con respecto al primer texto, debo decir que la capacidad de escuchar es la que nos permite comprender un montón de cosas que, si no las escuchamos como corresponde, es decir, prestando atención a lo que se nos esta diciendo en un determinado momento, simplemente no son tomadas en cuenta.

El escuchar es una herramienta indispensable para nosotros, futuros Ingenieros, que tendremos que lidiar a diario con problemas que estén directamente relacionados con problemas al interior de la organización. Es esta una de las tantas razones por las que debemos aprender a escuchar cuando nos hablen.

Si no escuchamos no se produce comunicación efectiva, ya que si solo estoy focalizado en contar cuales son mis problemas, aventuras, ideas… etc., y no tomo en cuenta lo que me esta contando otra persona con la que estoy estableciendo una conversación, lo único que hacemos es simplemente “soltar la lengua”.

Con respecto al texto que habla sobre el poder de las conversaciones, debo decir que lo que aparece en este, no es algo que sea muy nuevo para mi , en cuanto a conocimientos.

Todos sabemos que las conversaciones, en cualquier instancia que se realicen, cumplen un rol fundamental sobre las personas que están recibiendo la información.

En mi opinión, los factores mas importantes a hora de entablar una conversación en la que intentamos persuadir al resto son : tono apropiado de voz (según la ocasión) , postura correcta, hilar frases que suenen atractivas para los oyentes, mantener presentación personal acorde a la instancia, entre otros. Todo esto va acompañado de una buena utilización del lenguaje, tanto verbal, como corporal.

Fco Sanchez Muñoz dijo...

El escuchar, me surge la posibilidad de continuar el desarrollo de esta habilidad que por lo experimentado en aquella clase que nos reunimos en grupos y comenzamos una dinámica de esta índole, me enseño que no es nada fácil dejar de lado nuestras vivencias y modificaciones a nuestra realidad de lo que la otra persona nos está describiendo, o simplemente ni siquiera escucharla y pensar en cualquier otra cosa, lo que no hace nada más que entorpecer la acción de nuestras palabras. En cuanto al poder de las conversaciones, me resulta imprescindible mejorar y fortalecer la calidad de la relación o el mundo compartido que se crea en las conversaciones, la que puede ser positiva o negativa dependiendo de la compatibilidad de caracteres, por lo que intensificar la conversación en el tiempo y establecer un ambiente de confianza y respeto entre ambas partes resultan muy significativas,
En cuanto mis puntos de vista que se han visto en cuestión, ninguno ha presentado mayores contradicciones con lo leído, ya que estas temáticas solo las había considerado en un orden más bien global donde mis percepciones por estos temas iban por este sentido.
Finalmente como reflexión solo puedo acotar la importancia que tiene el saber escuchar a las personas para generar una conversación enriquecedora para ambas partes, la cual es importante fortalecer continuamente y mantenerla en un ambiente agradable pese a las posibles incompatibilidades de caracteres.

Alejandro Buconic dijo...

El escuchar es una acción menospreciada en la sociedad, al parecer nos quedamos en el pasado donde hablar y hablar era lo más importante y las organizaciones buscaban talentos para “comunicar” en personas que nos paraban de hablar y te convencían sin dejarnos, como consumidores, decir una palabra. Esto se debía a que se consideraba el hablar como la parte activa de la comunicación y el hablar la pasiva, algo que claramente no es verdadero. El escuchar es tan activo como el hablar, es lo une la conversación y hace que esta se vaya guiando por el mismo sentido en que los dos participantes desean. Si sabemos escuchar, como es posible poder responder lo que se nos pregunta o entender lo que se nos dice.
Muchas veces uno escucha lo “que quiere escuchar”, y aún cuando la persona nos quiera decir una cosa nosotros entendemos lo que ya sabíamos y queríamos escuchar y no somos capaces de absorber lo que se nos quería explicar o comunicar. Por lo que el saber escuchar es algo fundamental para el aprendizaje, la comunicación y la retroalimentación.
El poder de la comunicación no tienen limite, sin duda es uno, sino el factor más importante dentro de todas las relaciones; sean estas organizacionales, personales, de amistad, amorosas, etc. Muchas veces en el relaciones interpersonales se generan conflictos que se deben a comunicaciones deficientes. Esto sin duda extrapolable a las relaciones organizacionales; la comunicación es el pilar o el eje principal para la coordinación de acciones o la gestión.
Algunas preguntas que se me plasman con la lectura son, ¿Sé escuchar?, ¿Cómo puedo aprender a escuchar mejor?, ¿Me comunico de la mejor manera con mis pares, profesores o familiares?.

anita dijo...

Respecto al primer texto " El escuchar", puedo decir que me ha servido mucho para pensar acerca de mi experiencia personal del tema, la verdad no soy buena escuchando, pero al leer puedo comprender la importancia de este para generar conversación y entender que esto es esencial en las relaciones humanas.
Básicamente creo que esto esta muy ligado a lo que quiere dejar el ramo en si, por esta razón se realizan ciertas actividades que conllevan a aprender a escuchar al otro, a introducirse en su mundo y hacer que nos conozcamos, lo cual lo encuentro muy positivo.
En relación al texto acerca de la conversación, esto esta estrechamente ligado al escuchar, para que exista una conversación debe haber alguien que habla y otro que escuchar. También es importantes considerar que la conversación genera acción. A veces una conversaciones puede generar ciertos quiebres entre personas, por eso creo que importante saber comunicarse con los demás, respetando al otro y teniendo presente el vinculo que halla con esa persona, debido a que si no la conoces debes expresar tus ideas con aun mas " delicadeza" si es que se puede decir así, en cambio si alguien con quien tienes confianza sabrás que el interpretara lo que quieres decir y existe menos riesgo de mal interpretaciones, etc.
Finalmente puedo rescatar la importancia que existe saber escuchar dentro de una conversación, esto es tanto en el ámbito personal como profesional.

nnome dijo...

A lo largo del curso se ha podido vislumbrar la importancia que tiene el escuchar y con la lectura del primer texto se logra validar. Dentro de una conversación siempre han existido personas que resaltan por el hecho de hablar, narrar, conversar o como lo quieran llamar, existen tantos, que muchas veces podemos ver que todos hablan al mismo tiempo y en realidad nadie entiende lo que dice el otro, finalmente creen que llegaron a algo (el lenguaje se trasformo en acción) y se sienten felices de ese algo que ni siquiera ellos pueden percibir o por el contrario, no se sienten escuchados.
Dudo que alguno de nosotros haya sentido en ocasiones que necesiten de alguien quien les hable y por el contrario podría asegurar que casi todos han sentido en algún momento la necesidad de ser escuchado, es en este punto en el cual quisiera hacer hincapié, mas bien en la diferencia existente entre escuchar y oír, la interpretación es la que cual hace al diferencia entre estos dos conceptos, en ocasiones existen personas que están dispuestas a escuchar, pero para poder darle la interpretación adecuada al mensaje este necesitara manejo de conceptos parecidos o experiencias semejantes, e ahí otra clave sumamente importante para lograr una conversación de la cual los participantes se sientan a gusto, esta clave dice relación con el saber hacerse escuchar. En esas base a esas ideas se deben escatimar nuestros esfuerzos, con ello lograremos verdaderos cambios.

Javier Muñoz Vega dijo...
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Javier Muñoz Vega dijo...

El escuchar:
Creo que la parte que más rescato es el del escuchar. El escuchar va más allá de escuchar algo que me dice otra persona, sino de poder tener la facultad de poder interpretar lo oído de buena forma lo que me dice esa persona. Creo que para poder lograr esto debemos primero tener un canal lingüístico parecido, por ejemplo si yo me comunicarse con una persona que habla italiano lo más probable que no entendería nada de lo que me trata de decir. Pero si hablo con una persona que habla español, el canal es el mismo por lo tanto tendríamos como el primer paso para tener una buena comunicación. También es importante que como dije antes no solo se oyen palabras sino la manera como las dice, esto va más en el aspecto físico y en el tono como se dice, por ejemplo una persona que tiene un tono de vos más bajo lo más probable que tenga dificultades en escuchar lo que dice. Por eso según yo los canales de comunicación son realmente importantes en cualquier tipo de comunicación en especial de la persona que es el receptor de la información (el que oye). Otro aspecto que afecta la recepción de lo oído es el estado emocional en que puede estar la persona que recibe o que emite lo dicho o escuchado, ya que de cierta forma esto afecta lo que podemos entender al tratar de escuchar lo dicho.
El escuchar es fundamental en los equipos, o sea una persona que tiene mal desplante en decir ideas o tener mala disposición a decir las cosas lo más probable es que tengamos dificultades de poder oír su idea y quizás el no entienda lo que queramos decir. Creo que esto afecta demasiado. Es por esto que se debe mejorar los canales por los cuales se habla, o sea en la parte de cómo decir las cosas, su tono de vos poder saber manejarlo, tener clara las ideas para poder tener una mejor comprensión de lo dicho y de lo emitido, tener la disposición de escuchar que muchas veces es este el causante de que haya malos resultados en la comprensión de ideas.
Luego de leer el texto me queda claro que el oír es distinto al escuchar. El escuchar es poner tus 5 sentidos en lo oído y comprender lo oído de buena forma, pero ¿De que manera podemos concentrarnos en algo escuchado, si tenemos problemas con su forma de hablar?
El poder de las conversaciones

El tema de la conversación, el hablar y el escuchar sufren una interacción y esta interacción es la conversación, es algo súper cotidiano, pero vital en cualquier tipo de relación humana.
Sabemos que cuando estamos frente a un quiebre, tratamos de tomar una acción, para poder contrarrestar este quiebre, pero darnos cuenta de la acción a tomar nos cuesta un poco, generalmente es así cuando tenemos problemas donde le damos vueltas y vueltas y no vemos la luz. Para analizar un quiebre recurrimos a la conversación de juicios personales, en esta conversación vemos lo que sucedió en el quiebre y lo decimos de manera espontánea. Luego de esto vemos lo que sucede después del quiebre, sus consecuencias y también las analizamos de manera de lo que nos sucedió antes, etc.
Creo que el saber reaccionar a las distintas situaciones, o sea de repente decimos tanto con nuestra boca que no sabemos que herimos o que no afrontamos de buena manera la dificultad, es por esto que es vital el saber tomar los dominios y ser autocriticos con unos mismos, o sea no echar la culpa al resto de alguna acción negativa si sabemos que nosotros somos los culpables de lo sucedido.
Lo leído me lleva a preguntarme ¿Cómo mejoramos el aprendizaje de la conversación, si nuestra cultura no permite mejoras importantes?

Carla Wohlk dijo...

A partir del primer texto rescato que para tener una buena comunicación hay que saber escuchar, que no es lo mismo que oír lo que nos dicen. El saber escuchar implica poder comprender e interpretar lo que oímos, como dice el texto: “hablamos para ser escuchados”. Sin embargo nos limitamos a escuchar o percibir lo que nuestra capacidad nos permita captar.
Es importante poner atención a lo que queremos transmitir, saber cuando y como decirlo, además estar atentos a los estados de ánimos de las personas ya que estos pueden ser determinante en un escuchar efectivo.
Me gustaría saber como decir o expresar lo que quiero decir para que las personas lo interpreten correctamente.

En cuanto al segundo texto entendí que en una conversación están entrelazados el escuchar y el hablar, una no existe sin la otra.
Me llamo la atención “La conversación para la coordinación de acciones” la que nos permite la superación de quiebres y sus consecuencias, ya que busca acciones a realizar en el futuro. Los actos que nos conducen a estos nuevos resultados de superación de quiebres pueden ser peticiones, ofertas, promesas y declaraciones. Resaltando las peticiones, la importancia de poder decirle a otro necesito de tu ayuda, puede significar la solución del quiebre, mientras que el no hacerlo provoca angustia, inefectividad, aislamiento.
Es necesario cultivar el tema de las relaciones personales ya que estas se crean a partir de las conversaciones que tengamos con otros, donde involucramos el lenguaje y la emocionalidad. Debemos estar atentos a ambos ya que como dice el autor si la emocionalidad no es la adecuada aunque el lenguaje sea el correcto la conversación no será efectiva.

RomBix dijo...

Creo que el texto a parte de darnos a conocer las diferentes dimensiones de las conversaciones, nos invita y nos permite ver estas como medio de crear acciones que permiten restaurar los quiebres producidos y hacernos cargo de las consecuencias de estos.
Junto con esto me parece importante destacar el hecho que dependiendo de los juicios que se manifiestan, se pueden obtener conversaciones positivas o negativas que permitan o dificulten las posibilidades de solucionar ciertos quiebres y que dependiendo del tipo de conversación que se tome se generará diferentes consecuencias, por lo cual debemos llevar a cabo el tipo de conversación que creamos que ayude de mejor manera a la solución del problema en cuestión.
Una dimensión que considero que se debe cultivar en la gestión de personas es el hecho de hacerse cargo de los quiebres que se producen, y más que buscar un “culpable” de tal quiebre, dirigir los esfuerzos por solucionarlos y poder aprender de ellos.
Es importante que se pueda distinguir entre las conversaciones para la coordinación de acciones y aquellas para posibles acciones y saber cuáles debemos tener en diferentes ocasiones.
Mas que una reflexión, una lección de vida, es el hecho de que debemos enfrentar los quiebres en todo ámbito de nuestras vidas y saber que de ellos siempre habrán cosas positivas y negativas que rescatar y poder aprender de ellos. Ahora, en relación a estos, me pregunto ¿Cómo hacer para aceptar y superar los quiebres?
Otra pregunta que me surge a través de la lectura tiene relación con el hecho de cómo pedir ayuda y la relación que puede existir con el orgullo. Me pareció raro que en la parte que mencionan las razones para no pedir ayuda, no se mencione que una de ellas puede ser el orgullo.

RomBix dijo...

Creo que el texto a parte de darnos a conocer las diferentes dimensiones de las conversaciones, nos invita y nos permite ver estas como medio de crear acciones que permiten restaurar los quiebres producidos y hacernos cargo de las consecuencias de estos.
Junto con esto me parece importante destacar el hecho que dependiendo de los juicios que se manifiestan, se pueden obtener conversaciones positivas o negativas que permitan o dificulten las posibilidades de solucionar ciertos quiebres y que dependiendo del tipo de conversación que se tome se generará diferentes consecuencias, por lo cual debemos llevar a cabo el tipo de conversación que creamos que ayude de mejor manera a la solución del problema en cuestión.
Una dimensión que considero que se debe cultivar en la gestión de personas es el hecho de hacerse cargo de los quiebres que se producen, y más que buscar un “culpable” de tal quiebre, dirigir los esfuerzos por solucionarlos y poder aprender de ellos.
Es importante que se pueda distinguir entre las conversaciones para la coordinación de acciones y aquellas para posibles acciones y saber cuáles debemos tener en diferentes ocasiones.
Mas que una reflexión, una lección de vida, es el hecho de que debemos enfrentar los quiebres en todo ámbito de nuestras vidas y saber que de ellos siempre habrán cosas positivas y negativas que rescatar y poder aprender de ellos. Ahora, en relación a estos, me pregunto ¿Cómo hacer para aceptar y superar los quiebres?
Otra pregunta que me surge a través de la lectura tiene relación con el hecho de cómo pedir ayuda y la relación que puede existir con el orgullo. Me pareció raro que en la parte que mencionan las razones para no pedir ayuda, no se mencione que una de ellas puede ser el orgullo.

Felipe Vásquez dijo...

Sobre el escuchar
El escuchar se debe tomar como una actividad que posee un rol activo dentro de la conversación. Escuchar y enriquecerse de la sabiduría o experiencia del resto de las personas es una actividad que no todo el mundo es capaz de realizar, para ello hay que estar atento al emisor de la palabra, entender lo que quiere transmitir a través de los diferentes énfasis que enfocan una oración de manera de priorizar ciertas ideas que se quieren expresar.
Escuchar es muy importante para la vida y para nosotros como futuros ingenieros lo es y seguirá siendo mucho. Escuchar, saber expresar y trabajar en equipo son características que todos nosotros debemos manejar.
Es importante no estar pensando en otra cosa a la hora de escuchar. Muchas veces escuchamos a alguien y comparamos sus experiencias con las nuestras; si bien no es malo, para efectos de entender plenamente la postura de quien relata es una mala acción. Debido a que posiblemente queramos expresar lo que pensamos o algo parecido a lo que nos cuentan no es trascendental desde nuestro punto de vista y en el fondo no estamos escuchando plenamente.
Comparto con las ideas mencionadas en el texto sobre la importancia que tiene el escuchar, sobre cuestionamientos que podrían quedarme: ¿Soy bueno a la hora de escuchar? ¿Problemas personales serán por no haber escuchado bien?
Sobre el poder de la comunicación.
El comunicarse de una manera eficiente y eficaz puede traer muchos positivos resultados tanto personales como organizacionales, de manera de conversar y gestionar a la vez. La conversación puede traer consigo acción de gestionar. Muchas personas creen que un líder tiene que firmar, evaluar proyectos y decidir, pero sabemos que su función va mucho más allá, debe ser capaz de hacer que un grupo de personas se comuniquen y puedan como equipo emplear sus conocimientos, como se menciona en el texto “personas deben danzar al mismo ritmo”.
Ratifico mi postura acerca de la enseñanza de la comunicación y su poder para gestionar y hacer que personas trabajen en equipo.

Cristian Andrade dijo...

El escuchar y la comunicacion son acciones que van completamente de la mano si es que de gestionar se trata. Cuando somos capaces de unir ambas acciones y crear un grupo de personas que se respeten y sean capaz de hacer que la conversación fluya es cuando se puede llegar a obtener los mejores resultados. No basta con saber, también tenemos que escuchar, aprender y saber expresar lo que sabemos y hemos adquirido en nuestra vida universitaria. Cuando me refiero a vida universitaria es todo el contexto que significa estudiar en una universidad como la nuestra, donde se desarrollan diferentes disciplinas y estilos recreativos. Es muy importante saber escuchar, observar y descubrir como se desarrollan y se potencian las mismas personas a través de la comunicación en el índole que a ellos les interesa.

GChavarria dijo...

El escuchar
Normalmente cuando consideramos el concepto de comunicación, damos especial importancia al emisor, quien habla , sin embargo restamos importancia a quien escucha, (es como si diéramos por hecho que quien escucha, solo por el hecho de escuchar, va a entender la esencia de lo que queremos transmitir), sin embargo esto no es del todo cierto, muchas veces quien escucha, escucha lo que quiere escuchar, en cierto modo condicionado por sus propios intereses o bien su propia concepción previa en el asunto, es en esta parte donde aparecen dos conceptos fundamentales que aclaran bastante, el escuchar y el oír.
Oír se limita más bien al fenómeno biológico de captar ciertos mensajes transmitidos por un determinado medio, por ejemplo para nosotros simplemente escuchar el sonido emitido por los demás, sin embargo escuchar va mas allá corresponde a un dominio del lenguaje, se comprende el mensaje de acuerdo a un código determinado (se entiende), además se constituye en nuestras interrelaciones sociales.

El poder de las conversaciones
Algo de vital importancia dentro de un grupo de trabajo, es aprender a conversar, a que haya un flujo de información en ambos sentidos, refiriéndome a lo anterior, para que ocurra es primordial el aprender a hablar efectivamente y a escuchar entendiendo lo que se transmite (oír y además entender). Finalmente además de poder transmitir efectivamente los mensajes (poder comunicar la esencia de lo que quiere transmitirse), está el aprender de que manera hacerlo dentro de las relaciones sociales, ósea el poder hacer y recibir críticas y mensajes de todo tipo sin que causen conflictos.

Javier Jofré dijo...

EL ESCUCHAR:

Como dice el texto "el escuchar válida el hablar", esto me lleva a reflexionar que no por hablar de manera fluida o de forma mas fuerte me haré escuchar mejor, por lo cual asumo que todo depende del oyente si quiere escuchar u oír.
También doy cuenta que todos escuchamos lo que queremos escuchar y no realmente lo que se esta diciendo, y es caqui en este punto que creo que como personas tenemos una gran falencia al no recepcionar la información que se nos entrega, sino que acomodarla a lo que uno cree que escucho.
Los dominios de observación para desarrollar un escuchar efectivo, como son el contexto de la conversación, el estado emocional de la conversación y nuestra historia personal, ya que al tomarlos en cuenta podemos construir una conversación efectiva, maciza, madura y no se distorsione dentro del contexto que esta establecido. Todo esto provoca preguntarme ¿qué hago como hablante para hacerme escuchar?

EL PODER DE LAS CONVERSACIONES

Lo que mas me llama la atenmción de este texto es la manera que se plantea para superar nuestros quiebres, lo que es la base para relacionarnos y nos ayuda a superar nuestras deferencias con tan solo realizar las conversaciones adecuadas, esto es tener un hablante(que se exprese de buena manera) y un oyente(que ponga atención)en el mismo contexto adecuado a la circunstancia.
Otro punto que me llama la atención es el diseño de las conversaciones para abordar el quiebre en forma efectiva, tal como lo son las conversaciones de juicios personales, lo cual es un punto muy importante, ya que es aquí donde debemos asumir nuestras responsabilidades del quiebre y no descargarse buscando responsables y culpables con otras personas.
De acuerdo al comportamiento organizacional, me parece relevante los quiebres y las conversaciones en las relaciones personales ya que a veces idealizamos nuestras relaciones, no asumiendo que en ellas vamos a tener dificultades y que no todo va a ser fácil y bonito. Es por ello que creo que a veces fallamos en nuestras relaciones de grupo y fracasamos en nuestros proyectos por que nunca asumimos ni enfrentamos esas diferencias lo cual llevan al fracaso.

Damián Carrasco dijo...

Creo completamente en la teoría que para una buena comunicación no puede existir el hablar sin el escuchar, pero no necesariamente siempre existe una buena comunicación por ello muy seguido en nuestra sociedad se da el hecho que existe uno solo de estos dos factores de buena manera y en muchas ocasiones ni uno, y esto es porque probablemente tengamos un mal receptor, pero también debemos considerar que no todos sabemos transmitir un mensaje de buena manera. Por ello los ingenieros civiles industriales como potenciales gestores y trasmisores de mensajes, debemos desarrollar una adecuada técnica tanto de emisores como receptores de mensajes.

De aquí nacen las interrogantes, ¿Cómo desarrollar estas técnicas? Y ¿Cómo hacerlas efectivas en cualquier situación?, es decir nosotros podemos ser unos emisores privilegiados, pero como estaremos seguros que nuestro receptor comprende lo que realmente queremos transmitir.

A mi creer esto es algo que solo se puede obtener con la práctica tanto de hablante como oyente, para llegar a un punto de maestría en este ámbito.

Anónimo dijo...

La importancia de la coversacion y el escuchar

Los textos leidos para esta semana se encuentran estrechamente realcionados entre ellos. El conversar no es posible sin el escuchar, cuando yo hablo necesito ser escuchado para transmitir lo deseado de manera efectiva, si yo no escucho o no soy escuchado las posibilidades correctas de accion disminuyen o se malentienden llegando a puntos no deseados.
Tambien se nos presento una diversa gama de tipos de conversaciones, el lograr comprender y diferenciar entre cada una de estas me habrirán oportunidades de accion mucho mas correctas y efectivas al situarme en el contexto que el tipo de conversacion amerita con la emocionalidad adecuada.
Al igual que la diferenciacion en el conversar, el correcto manejo de la habilidad de escuchar me evita el recaimineto en reiterativos errores de comunicación, me muestra posibilidades de acción mas correctas y reales evitando los malos entendidos.
El punto del cual mayor provecho obtuve fue respecto a las conversaciones intimas y publicas en las realciones personales, el diferenciar identificar que conversaciones te pertenecen a ti y cuales deben ser expuestas de manera asertiva te involucran en relaciones personales mas sanas.

Anónimo dijo...

El escuchar suena como algo muy trivial, que no debería presentar algún tipo de desafío para quien escucha, pero ¿realmente escuchamos? En realidad, creo que la mayoría de las veces sólo oímos. El escuchar resulta ser mucho más complejo de lo que uno puede pensar, ya que implica más condiciones y aparte del acto mismo de oír. Pero lo anterior, quizás, no resulta tan obvio sin una formación al respecto, y es ahí donde creo que está la piedra de tope, ya que no hay mucha preparación ante este tipo de habilidades, que son básicas para todas las personas, y sobre todo para los profesionales de la gestión en las organizaciones.
De estos textos se me abre la posibilidad de aprendizaje con respecto a la manera en que me enfrento a las conversaciones diarias, sin reparar en la importancia que estas tengan, poniendo más atención en el modo en que me desenvuelvo en ellas y tratando de mejorar mis habilidades como oyente para poder tener conversaciones más productivas, ya que como dice el texto es más importante ser un buen oyente que un buen orador.

Mauricio Vega dijo...

Despues de leer el texto creo que el éxito social se basa en las buenas relaciones, pues nada podemos hacer exclusivamente solos. Y esas buena relaciones se apoyan en una comunicación efectiva, la cual no es tal a menos que sepamos expresarnos y escuchar adecuadamente. Pero saber escuchar no es algo precisamente fácil de lograr.
Resulta un hecho evidente que cada persona, desea o necesita ser escuchado con respeto y cortesía.
Puede decirse que todos queremos expresarnos, y obtener atención y reconocimiento.
Sin embargo, tendemos a sentirnos frustrados, pues son pocos los que pueden ostentar algún dominio notable en el arte de saber escuchar.

para que sería útil escuchar a los demás?
La respuesta es sencilla: para lograr mucho de lo que queremos necesitamos el apoyo de los demás.
Para ganar su apoyo necesitamos desarrollar liderazgo sobre ellos, y para tener esa influencia hace falta conocerlos y saber lo que los motiva, y esto se logra escuchándolos.
Además, es una muestra de cortesía que nos gana amigos, y nos permite prevenir y anticipar la manera más adecuada de tratar con personas conflictivas y complicadas.

Al sentirse escuchadas, las personas se relajan se abren y nos muestran su mundo interior, sus creencias y valores.
Cuando les prestamos atención sincera, les damos una oportunidad de acercarse, de desahogare y de crear o ampliar un vínculo franco y duradero.
Tener la paciencia de escuchar sin interrumpir, posibilita que el conversador atento escoja con cuidado sus palabras, ideas y planteamientos.

En lo perosnal creo que lamentablemente, no somos tan buenos oyentes como podríamos serlo, pues pocas veces valoramos con justicia la importancia de saber escuchar, y no estamos entrenados en esta habilidad.

Jona dijo...

La lectura de “El Escuchar” es bastante enriquecedora pues esta nos muestra de manera muy completa y con una batería impresionante de comparaciones, ejemplos y reflexiones lo que es el escuchar los factores que influyen este, uno no puede sino terminar aceptando los planteamientos que hay en este.
La concepción de la comunicación cambia radicalmente al entender la diferencia entre el fenómeno de hablar y el de escuchar y comprender que son elementos absolutamente distintos es independientes. El escuchar es un fenómeno que implica comprensión e interpretación y no tan solo percibir la voz del otro. Esto de la comprensión es bastante complejo pues influye todo lo que el texto menciona, de lo cual a mi lo que mas me llamo la atención fue lo de los discursos históricos que hay que tener en cuenta al momento de escuchar y como estos afectan la comunicación. No puedo evitar pensar en todas las personas que trabajan realizando negocios con personas extranjeras de distintas nacionalidades y religiones y en que ellos deben tener una habilidad impresionante para comunicarse y obviamente escuchar , esa tarea no debe ser sencilla y debe exigir una gran cautela pues debe comprender claramente que será lo que el otro escuchara debido al diferente discurso histórico que existe.
El segundo texto vuelve a la importancia entre el hablar y el escuchar y como ambos componentes son fundamentales, lo más interesante es acerca de los quiebres y como se debe actuar sobre estos, como debemos enfrentarlos y que de nuestra manera de resolverlos radica que tan importantes sean estos.
En ambas lecturas me percate de la importancia que existe en nuestra actitud hacia quien quiere conversar con nosotros, como nos predisponemos para escuchar o como no somos capaces de leer el contexto en el que se desarrolla la conversación. Este debe ser un punto donde uno debe trabajar para asi aprovechar al máximo las conversaciones.
Finalmente me pregunto El mundo en que vivimos no nos incentiva el escuchar, ¿será tan importantes entonces? Pues vemos que los medios se afanan en bombardear información y decir de mil maneras en distintos tonos sin preocuparse de ser oídos y de cómo son oídos. Además a priori cuando a uno lo evalúan de manera superficial, ¿Se dará alguien cuenta de la capacidad que tiene uno de escuchar?

gf.beratto dijo...

con respecto a la lectura el escuchar, me parecio bastante interesante, ya que nos demuestra lo importante que es en una conversacion el escuchar, y lamentablemente, muchas veces nosotros mismos como seres humanos, tenemos ese defecto de no saber escuchar, atentamente y realmente, sino que se tiende a querer opinar sobre algun tema, y al hacer esto, nos ponemos a pensar en nuestra opinion o punto de vista, dejando de lado la atencion que debemos ponerle realmente a la otra persona.

Ademas en el proceso inverso, en el caso que uno se dirije a otra persona, cuando uno percibe que la otra persona demuestra interes, en lo que uno esta conversando,es bastante agradable para uno. No asì en el caso contrario, de que nuestros oyentes, no nos pongan atenciòn.

El segundo texto habla de las conversaciones y viene a reafirmar lo que dije sobre el primer texto, ya que si no escuchamos no habra una buena comunicacion ni una buena conversacion, para que haya una buena conversacion debe haber un buen escuchante y un buen narrador, y si cada uno de los integrantes de esta conversacion cumple bien sus roles, podremos llegar a acuerdos y a consensos, ademas de que sera mucho mas enriquecedora para ambos, ya sea en ambito, profesional como espiritual etc.

Catu dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Catu dijo...

Hay una frase popular que dice "Tenemos 2 orejas y una boca, para así escuchar el doble de lo q hablamos", lamentablemente esta no es una frase que todos pongamos en práctica, diría incluso que hacemos lo contrario, hablamos el doble de lo que escuchamos, ¡y si es que en algún momento nos damos el trabajo de escuchar! Y hablo de trabajo, porque el escuchar no se basa sólo el "oír" lo que una persona dice, sino en pensar lo que dice e interpretar sus palabras.

Una vez en una discusión con un amigo por un malentendido ella simplemente me respondió algo como "me haago cargo de lo que YO dije, mas no de lo que TÚ entendiste".

Muchos de nosotros quizás nos preocupamos más de "hablar bien", pensando en comunicar bien nuestras ideas y decisiones en una decisión, pero ¿acaso nos preocupamos de "escuchar bien" para poder recibir las inquietudes de los demás y darle solución?

Tan importante como el hablar, es el hecho de escuchar y eso quedó bastante claro en una actividad que tuvimos en clase donde 1 compañero hablaba de su vida y los otros le preguntábamos cosas sobre ese tema. En esa oportunidad creo que muchos abrimos los ojos frente a lo que significa realmente escuchar y al preguntarnos si realmente ponemos en práctica eso.

Como oportunidades de aprendizaje me queda el escuchar a la gente que me rodea, creo que tanto como el hablar es algo que se perfecciona con la práctica, con el escuchar ocurre lo mismo, más que aprendiendo cosas teoricas.

Lo mismo ocurre con las conversaciones. Cuando uno está dialogando con otra persona, hay dos entidades que se están relacionando: el emisor o hablante, que debe preocuparse de dar el mensaje lo más claro posible; y el el receptor o el que escucha, y que debe preocuparse de entender lo que el otro dice.

Esta es una relación con mucho feedback, ya que el que escucha debe dar a entender de forma clara, a través de gestos y/o palabras que está entendiendo al hablante (pasando así a ser el que habla en la conversación), y el otro "escuchar" lo que le están diciendo.